jueves, 11 de noviembre de 2010

Hito 4: Penas, atrocidades y castigos cometidos durante la época del terrorismo

Hablar y recordar la época  del terrorismo vivida en el Perú a inicios del año 1980, y extendida hasta casi finales de los años 90 es recordar sin lugar a dudas las casi 70000[1] personas que murieron en este conflicto, entre inocentes y culpables, los cuales fueron sometidos muchas veces a las más espantosas torturas y castigos. Para comprender mejor la violencia vivida durante estos años es necesario saber que la responsabilidad y la violencia no solo se dio por parte de los grupos terroristas, sino también de las fuerzas del orden y  los políticos.
En primer lugar, los grupos terroristas castigaban y torturaban a la gente, porque según el Informe final de la CVR  tenían como estrategia:117

“(…) imponer su control y organización en determinadas zonas y luego en todo el país, [sus] crímenes tenían como propósito atemorizar a individuos y grupos humanos considerados hostiles o peligrosos para el logro de sus fines, desalentar toda resistencia y castigar a los insumisos, castigo que frecuentemente incluyó a los familiares de las víctimas. El asesinato en consecuencia constituyó una práctica terrorista.” (CVR

Es así entonces,120 que estos grupos terroristas castigaron a miles de pobladores indefensos mediante asesinatos y masacres, las cuales ocurrían normalmente en ejecuciones de grupos de 5 o más personas y cuando estos se planificaban con el objetivo de dar un escarmiento o castigo a un grupo social, se convertían en actos de terror ejemplarizante[2]; desapariciones forzadas, ejecuciones arbitrarias; torturas y tratos crueles inhumanos y degradantes; violaciones sexuales; secuestros,  toma de rehenes y violencia contra niños.[3]Una práctica común era la imposición de penas a través de los denominados “juicios populares”[4] 189
En segundo lugar, el sistema de justicia, quien tenía la misión de frenar y combatir el terrorismo, no hizo sino más que castigar a los culpables con más violencia y violando también los derechos humanos de personas totalmente inocentes. Ante esta situación:
“Ni el Ministerio Público ni el Poder Judicial cumplieron con investigar y aplicar las sanciones penales correspondientes a quienes cometieron actos terroristas” (PUCP 2009: 12)
De lo citado, cabe resaltar que ante la pasividad legal y judicial por parte del estado, este respondió con penas judiciales como, breves detenciones, y castigos violentos hacia los grupos terroristas como torturas, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos y desapariciones forzadas.[5]Entre las torturas más empleadas como castigos por parte del sistema de justicia peruano se encuentra “la parrilla”; “el submarino” que consistía en introducir en un cilindro de agua a la persona con los pies y manos atados y en la posición de cabeza a tierra; “el trapo”; “el palo” que consistía en introducir un palo por el recto del detenido; “pelotera” o “magneto”[6] por mencionar algunos de los más resaltantes.


[1] Cfr. Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) 2005
[2] Un castigo o tortura que demostraba lo que le podía pasar a alguna persona si se comportará de la misma manera que la persona a la que se le aplicó el castigo.
[4] Cfr. Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) 2005. Penas en las cuales las víctimas eran sometidas delante de público a crueles medidas como el corte de cabello, mutilaciones, latigazos y hasta asesinatos.
[5] Cfr. PUCP 2009: 13

Bibliografía:
COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN (CVR) (2005) Informe final de la CVR. Lima: CVR versión de cinco capítulo.
COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN (2009) (http://www.cverdad.org.pe/) Sitio web que recopila todo lo vivido durante el terrorismo en el Perú. (consulta: 10 de octubre)
COORDINADORA NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS (CNDDHH) (2002) (http://www.derechos.net/cnddhh/tortura.htm) Sitio web que contiene información sobre los Derechos Humanos y enlaces de interés (consulta: 8 de setiembre del 2010).
UCEDA, Ricardo (2004) Muerte en el Pentagonito: Los cementerios secretos del Ejército Peruano. Bogotá: Planeta Colombiana.
PUCP, (2009El Sistema de justicia durante el proceso de violencia. Lima: Colección cuadernos para la memoria histórica
REVISTA PERSONA (2009) (http://www.revistapersona.com.ar/Persona25/25Tramontana1.htm) Sitio web que narra la violación de los Derecho Humanos durante el terrorismo.






Hito 3: Los severos castigos a los esclavos

Recordar la esclavitud en el Perú implica recordar una época en la que se compraban personas negras traídas de África para que sirvan de empleados en las casonas o haciendas. Pero, ¿Cómo estas personas llegaron al Perú?, pues muchos de ellos eran seleccionados y capturados según su género y edad  para que reemplacen la mano de obra indígena. Luego que llegaban al país estos eran encadenados y encerrados en celdas por muchas semanas hasta que llegaran los compradores.[1] Para que los esclavos no se escapen de sus amos estos eran quemados con un sello de fierro, cada propietario tenía su propio diseño de sello.[2]   Muchas veces estos esclavos no eran comprados, es por ello que el autor Aguirre menciona lo siguiente:

“ Más allá de la compra y venta, los esclavos y esclavas estaban sujetos a otros tipos de transacciones legales, incluyendo  el alquiler, la cesión por herencia, la hipoteca, la cesión por dote y el canje” (Aguirre 2005: 30)
Muchos de estos esclavos eran comprados por terratenientes, estos dueños de grandes haciendas les brindaban una vida miserable, ya que estos vivían en barracas[3] o en los solares, incluso negros que no eran  esclavos eran maltratados  o castigados de diversas maneras, ya que estos se encontraban en la jerarquía más baja de la sociedad.[4] En el libro de Phillips menciona la  cantidad de latigazos que los esclavos  recibían por distintos castigos.
“Si un esclavo se ausentaba durante cuatro días, debía recibir un total de cincuenta latigazos. Por ocho días y una distancia de una legua (cinco kilómetros) de la ciudad, el castigo era de cien latigazos y una argolla de hierro de cinco kilos en un pie durante dos meses.” (Phillips 1989: 315)
Los castigos no solo consistían en azotes sino también  en torturas como  la del arco que era una forma de castigo a los negros carretoneros[5], otra forma de castigo era la enmeladura que consistía en atar al esclavo y embardunarlo con miel para atraer a las moscas; [6] incluso,   podían cortarles el pie si este se escapaba  por diez días y si este tiempo llegaba a veinte días, este esclavo era mandado a ahorcar.[7]  Sin embargo, el nivel de crueldad en cuanto a los castigos podían variar dependiendo de sus amos. 
 El 3 de diciembre de 1854 con el Presidente Ramón Castilla se decreta una ley que elimina la esclavitud y libera a los esclavos negros. Sin embargo, esta libertad se podía aplicar  solo a los esclavos que estén sirviéndolo y apoyándolo.  El 23 de enero de 1855 Castilla decretó otra ley en la que obligaba a los ex - esclavos  a trabajar por tres meses en las haciendas y a los esclavos que no querían regresar a trabajar se les consideraría como vagos y serían llevados a islas de Chincha. El  gobierno indemnizó a los dueños de los esclavos liberados con 300 pesos por cada esclavo.[8]
Una conclusión de todo lo expuesto es que los esclavos  fueron maltratados desde el momento en que los capturan hasta su supuesta liberación, se dice que supuesta liberación porque no se cumplió con los decretos que los presidentes emitían, ya que buscaban una libertad e igualdad pero los esclavos negros no eran completamente libres.




[1] Cfr. Quispe 2004
[2] Cfr.Trazegnies
[3] Vivienda rural característica de las huertas de Valencia y Murcia, hecha de barro y con tejado de cañas a dos aguas.
[4]Cfr. Aguirre 2005:33
[5] Cfr.Atanasio 1867: 191 en: Aguirre 2005: 33
[6] Cfr. Atanasio 1867: 186 en: Aguirre 2005: 37
[7] Cfr. Aguirre 2005: 36
[8] Cfr. Aguirre 2005: 185- 189



Bibliografía